jueves, 28 de julio de 2016

¿QUÉ HACEMOS ESTAS VACACIONES?



Agosto está a la vuelta de la esquina y, para la mayoría de nosotros, es sinónimo de vacaciones, por lo menos de nuestro tiempo de descanso y desconexión del trabajo más largo. Y cada año siempre me surge el mismo dilema: ¿qué hacemos estas vacaciones?, dilema que se agranda cuando eres padre de dos hijos pequeños y hay condicionantes añadidos a tener en cuenta a la hora de salir de casa.

Recuerdo que, cuando yo era un niño, para mis padres la elección no era tan complicada como resulta hoy en día. La cuestión solo se debatía entre el campo, la playa o el pueblo. Los más afortunados se pasaban todo el verano en su casa de campo bañándose en su balsa o piscina, o, los fines de semana de julio y las vacaciones de agosto de sus padres, en su apartamento en la playa. En los buenos tiempos de la industria del calzado en Elda y Petrer, fueron muchas las personas que se compraron una segunda vivienda. Algunos optaron por una casa de campo en los alrededores de Elda, Petrer o, incluso, en localidades vecinas como Sax, Monóvar, Pinoso…; y hubo quien prefirió tener cerca la playa y comprar un apartamento. Por eso, hoy en día, al pasear por lugares como Santa Pola, San Juan, Arenales del Sol, El Campello y hasta Benidorm, es inevitable no ir saludando a diestro y siniestro a vecinos y conocidos.

Y, aquellos que en su día inmigraron a Elda y Petrer en busca de las oportunidades de trabajo y bienestar que ofrecían esas ciudades gracias a su industria del calzado, aprovechaban sus vacaciones para irse al “pueblo”, para reencontrarse con su familia y amigos. Este fue mi caso, pasándome muchas vacaciones en el pueblo que vio nacer a mi padre, Montealegre del Castillo. Si bien, también tuve la suerte de que mis padres compraran un apartamento en la Playa de San Juan. 

Pero eso era antes, cuando parece que hacíamos la vida un poco más simple. Hoy, quien más y quien menos, aunque tenga casa de campo o apartamento en la playa, aprovecha sus vacaciones para viajar. Y no se conforma con destinos cercanos, sino que cada vez optamos por lugares más remotos y destinos más exóticos. Y al dilema de elegir destino, también se suma la decisión de optar por unas vacaciones de relax, necesarias para recargar fuerzas para volver al trabajo; o preferir unas vacaciones frenéticas, yendo de un lugar a otro sin tregua. Y, como si eso no fuera poco, también entra en juego el presupuesto con el que contamos para rematar la faena de la elección. Así que, aunque resultan totalmente necesarias, en ocasiones la decisión de qué hacer en vacaciones se convierte en una preocupación añadida. Lo bueno es que, hagamos lo que hagamos y vayamos donde vayamos, cuando volvemos, siempre lo hacemos felices por lo vivido, aunque con la pereza de tener que volver al trabajo. Por suerte para los que somos eldenses, la vuelta se hace más llevadera sabiendo que en breve se celebran nuestras Fiestas Mayores y, si caen bien en el calendario –como es el caso de este año que son jueves y viernes- tenemos dos días festivos.