jueves, 20 de febrero de 2014

LA CRISIS, UN CAMBIO DE TENDENCIA

Qué pensáis, ¿la crisis económica es buena o mala para un negocio?


Es verdad que la crisis económica ha hecho mucho daño a muchas empresas y como consecuencias a las miles de familias que trabajaban en ella, que realmente lo están pasando mal. Sin embargo, considero que la crisis no es ni buena, ni mala para un negocio.
Lo que realmente es malo, es la inadaptación de la empresa a ese cambio, a esa crisis.
En mi caso, como a la gran mayoría, me ha hecho mucho daño a nivel económico por no haberme dado cuenta rápidamente del cambio cuando estaba sucediendo. Por otro lado, me ha afectado positivamente en cuanto a mis pensamientos se refiere porque me ha hecho ver las cosas de otra manera y adaptarme al cambio de manera eficiente.
Os pongo en situación, antes de la crisis, había 6 compradores por cada casa en venta y ahora, hay 1 comprador por cada 8 casas en venta.
Vender una casa hoy en día es mucho más difícil que antes, por eso, lo que funcionaba , ahora ya no funcionan.
En MASQUECASAS, hemos sabido adaptarnos a este cambio y para ello, realizamos cosas que antes ni se pensaban,  con el objetivo de diferenciar  tu casa entre las que le hacen competencia y como consecuencia, estamos obteniendo unos resultados muy por encima de la media del sector inmobiliario.

Ahora hay que ingeniárselas, hay que hacer cosas muy diferentes para que ese comprador, elija tu casa entre muchas que hay en venta, esa casa tiene que destacar de alguna forma.

lunes, 17 de febrero de 2014

EL CUENTO DE LOS 3 CERDITOS Y SU NUEVA CASA

La otra noche, como casi todos los días, le conté un cuento a mi hija Triana. Esta vez, le tocaba el de los 3 cerditos y el lobo feroz...

Todos sabéis de que va la historia, cada cerdito tenía una casa (unas mejores que otras), pero el malvado lobo, derribó la casa de 2 cerditos.
Menos mal, que la casa del cerdito mayor estaba bien construida y resistió los soplidos del lobo.
Como consecuencia de lo ocurrido, los 3 cerditos estaban viviendo en la casa de ladrillo del cerdito mayor.


Los primeros días, se lo pasaron muy bien y se reían mucho porque dormían juntos, compartían un único baño y cocinaban en la pequeña cocinita de la casita de ladrillo.
Cuando terminé de leer el libro, Triana se quedó dormida y yo, creo que también me quedé traspuesto.

Entre sueños, pensé que esos pequeños cerditos, no aguantarían mucho tiempo viviendo todos juntos en su pequeña casita. Así que, me armé de valor y decidí ir a visitarles y ofrecerles mis servicios como asesor inmobiliario.